La psicología puede ayudarnos con la respuesta. Primero hay que tener claro que el estrés no es una emoción como tal. La palabra estrés en la vida cotidiana se ha utilizado como un comodín, es decir se emplea para dar a entender muchas cosas, desde dolencias físicas (dolores de cabeza, dolor de espalda, etc.) o situaciones de presión que percibimos en el ambiente (un atasco, exceso de trabajo, etc.) y que nos hacen sentir mal. 

Sin embargo el concepto de estrés fue tomado de la física, en el cual se hace referencia a la fuerza o presión externa que se ejerce sobre una sustancia. Dicha fuerza puede generar un estado de tensión en los elementos estructurales de la sustancia, pudiendo llegar a romperla o resquebrajarla. En este sentido se estudiaba como la climatología afectaba el material de construcción de las edificaciones (Vila y Guerra, 2009). 

Entonces en su concepción original, el estrés es una característica estimulante del ambiente y no una característica interna de la sustancia. 

Este concepto llamo la atención en la medicina. Walter Canon en 1929 y Hans Selye en 1950 mencionan que las primeras investigaciones de este tema, se centraron en la respuesta fisiológica del organismo ante el estrés, lo que hizo que el concepto terminara, refiriéndose más a la respuesta del organismo que a la situación estimulante que la provoca. De ahí la relativa ambigüedad y confusión del concepto de estrés, aunado al uso cotidiano del término refiriéndose al cansancio, la ansiedad o a un dolor de cabeza (Vila y Guerra, 2009).

Definición de estrés

Sin embargo el término estrés hace referencia a que es un proceso motivacional defensivo que cumple la función de preparar y movilizar al organismo ante una posible amenaza real o percibida, según Palafox y Vila en 1990 y Lang en 1995 (Vila y Guerra, 2009). 

Por ejemplo, si ahora mismo en el lugar que nos encontramos, se presenta un león, se iniciaría un proceso de estrés ya que nos prepararía para luchar (aunque luchar ante un león no tenga mucho sentido) o huir. El proceso de estrés comienza cuando al ver el león (que es una gran demanda medioambiental)  supera a las propias capacidades del organismo para hacer frente a la misma. Entonces se prepara al organismo ante esa amenaza para poder solucionarla. Por eso tenemos un incremento en la Activación fisiológica (otro de los términos que vamos a aclarar).

La activación fisiológica del organismo como parte del proceso de estrés está controlado por el sistema nervioso autónomo en su vía simpática, es decir tendremos aumento de adrenalina y cortisol en nuestro organismo que nos prepara para luchar o huir. ¿Por qué? porque ante un león no podemos actuar como recién despiertos ¿no?, es por ello por lo que respiramos más rápido, aumenta nuestra frecuencia cardíaca y la presión sanguínea,  nuestra sangre va a los músculos grandes preparándonos para la batalla o la huida, hay un aumento de la tensión muscular, nuestras pupilas se dilatan para ver mejor, nos sudan las manos para afianzar mejor los objetos (aunque si se pasa de sudoración se nos resbalan), nuestras manos están frías, se nos seca la boca, etc. A nivel psicológico estamos más alertas, nuestra atención y concentración se focaliza mejor, pensamos con más rapidez y conductualmente podemos ser más ágiles y fuertes. Realmente nos preparamos para hacer frente a la demanda que detectamos como amenaza. 

Pero si no controlamos este proceso de estrés y el nivel de activación fisiológica se sigue incrementando sin control, entonces es cuando el estrés nos paraliza y ya no nos ayudaría. En nuestra vida moderna, los leones han pasado a tener forma de folios o páginas de contratos, exposiciones, entrevistas de trabajo, evaluaciones, etc. 

Activación Fisiológica

Entonces el estrés es un proceso defensivo del organismo que conlleva una activación fisiológica. ¿pero qué es la activación? la activación, es la energía o intensidad con la cual realizamos nuestras actividades de la vida cotidiana. Este concepto neurofisiológico consiste en el grado de activación de los órganos y mecanismos que están bajo el control del SNA, en su vía Simpática (La mencionamos en el estrés que nos prepara para luchar o huir) y Parasimpática (cuando ya pasó la situación estresante nos relajaría y permite recuperarnos) (Dalimier y College, 2018). Psicológicamente esta activación la percibimos cuando llevamos a cabo nuestras actividades diariamente, desde el momento que nos despertamos hasta cuando estamos en el punto más alto del proceso de estrés.

Ansiedad

La ansiedad es una respuesta emocional del organismo. La ansiedad es una emoción desagradable, aunque coloquialmente se usa en ocasiones para indicar  inquietud, por ejemplo estoy ansioso o ansiosa que llegue tal día. Se entiende este uso coloquial, pero hay que aclarar que no es una emoción agradable. La ansiedad engloba aspectos Cognitivos displacenteros de tensión y aprehensión, Aspectos Fisiológicos, caracterizados por un alto grado de activación del SNA (los mismos que los del estrés) y Aspectos Motores que suelen implicar comportamientos poco ajustados o escasamente adaptativos. Puede ser originada tanto por estímulos externos, como por estímulos internos, tales como pensamientos, ideas, etc. que son percibidos por las personas como peligrosos o amenazantes (Tobal y Cano, 1988).

Dos de de las características para distinguir a la ansiedad de otras emociones, es que se se puede dar sin que haya un hecho objetivo de amenaza real (por ejemplo percibir peligro en cada esquina durante un paseo)  y que se anticipa catastróficamente en las consecuencias que se obtendrán de cierta situación (por ejemplo si no gano esta competición no valdré como deportista y será mejor retirarme, si mi baile en el escenario no es perfecto entonces soy un fraude como bailarín o bailarina, en esta entrevista de trabajo debo impresionar al entrevistador sino sólo demostraría que soy un o una inútil, etc.). Cuando una persona tiene ansiedad ve el futuro exageradamente negativo, Cabe aclarar que también hay grados del nivel de ansiedad, hay personas que tienen mayor o menor nivel que otras.

Resumen

En resumen el estrés es una proceso defensivo del organismo ante una amenaza real o percibida. En el estrés se puede presentarse o no la ansiedad. La ansiedad es una emoción que hace referencia a la exageración muy negativa del futuro y no necesariamente se presenta ante algo objetivamente dañino. La activación fisiológica está presente en todas nuestras actividades diarias incluido en el proceso de estrés y en la ansiedad.

Conclusión y final

En conclusión si tenemos episodios frecuentemente de muy alto estrés o de ansiedad, nuestro sistema inmune se va a ver mermado y tenemos más probabilidades de enfermar, un ejemplo de ello son las enfermedades psicosomáticas, resfriados, gastritis, úlceras, tensión muscular en la espalda y hombros, así como dolores de cabeza o cefaleas tensionales, etc. Es importante saber que, si estamos en un proceso de estrés, nos preparamos para afrontar la supuesta amenaza y hay que verlo como algo natural ya que se prepara el cuerpo para hacer afrontarla y la mayoría de las personas lo han llegado a sentir, Si le tenemos miedo a lo que sentimos en el proceso de estrés, este aumentará y ya mencionamos que nos perjudica a la larga. Además el considerarlo como algo natural nos ayudará paradójicamente a controlarlo y usarlo a nuestro favor.