Cuando una pareja de baile toma la decisión de participar en una competición, es un momento lleno de emoción, ya que hay que escoger la música, el vestuario y sobre todo preparación, sacrificio, constancia y múltiples ensayos. Imaginarse en la competición genera un disparo de adrenalina en el cuerpo que hace sentir bien, inclusive la activación puede hacer que se tenga una gran competición donde se demuestran al máximo las habilidades aprendidas.

¿Pero que sucede si no se logra controlar esa creciente activación? ¿qué sucede si los pensamientos negativos llegan a mantenerse la mayor parte del tiempo? Comienzan a surgir dudas y titubeos, como por ejemplo, “¿vamos bien preparados?”, “¿nuestra coreografía es buena?” o “las otras parejas serán mejores”, etc. En ocasiones la noche previa al evento no se puede dormir, despertando con la sensación de cansancio y el día de la competición la sensación de “mariposas” en el estomago, agitación y sudoración en las manos se vuelve algo que se mantiene durante mucho tiempo. En el vestuario después de ensayar varias veces y al recibir la llamada de la participación es cuando los nervios se disparan al máximo, la taquicardia es bastante más elevada y la respiración más agitada. Al llegar al escenario simplemente queda subir y dar lo mejor como pareja.

Muchas de las parejas de baile han llegado a sentir esto alguna vez en su carrera, pero la pregunta es ¿cómo influye la ansiedad o estrés en el rendimiento? En el post anterior revisamos como se da la respuesta emocional, pero en éste vamos a describir su relación con el rendimiento:

  1. Pensar excesivamente en un futuro negativo, genera imágenes relacionadas con el error surgiendo el miedo a equivocarse, lo cual puede generar más probabilidades de fallar durante la competición. Por ejemplo pensar “¿y si hacemos el ridículo?”, “¿y si el porté sale mal?” y ¿si me quedo en blanco?”, etc. Este tipo de pensamientos lo que hacen es presentar imágenes haciendo mal la ejecución, lo cual genera una profecía autocumplida, ya que muscularmente se esta programando fallar de acuerdo a como se está pensando.
  2. El aumento de la tensión muscular interfiere en la coordinación, ya que un elemento técnico que requiera soltura se verá mermado por la tensión, así como aquellos movimientos técnicos de gran complejidad se verán interrumpidos y si la tensión es demasiado alta puede ocasionar calambres o lesiones musculares. Además origina un gran consumo energético, ya que de antemano los/as bailarines/as pueden fatigarse mucho más rápido que lo habitual repercutiendo la técnica.
  3. Una mayor presencia de adrenalina causa en los/as bailarines/as una aceleración en la rutina ensayada, lo cual puede interferir en la sincronización, por ejemplo cuando se baila más rápido que la música de la coreografía o un miembro de la pareja se adelanta y se pierde la coordinación en ambos, mostrando ante los jueces errores en el montaje.
  4. Una excesiva agudización de la atención ocasiona que los/as bailarines/as ansiosos atiendan demasiado a ciertos estímulos y menos a otros importantes, por ejemplo un/a bailarín/a puede estar demasiado centrado en su rutina y no atender los movimientos de su pareja o no atender la música de su coreografía.
  5. El efecto final es que hay una introducción de estímulos adicionales a la rutina aprendida, lo cual interfiere con la generalización de los ensayos al escenario de la competición, por ejemplo la pareja de baile antes de salir al escenario si están pensando sobre “el que dirán” los espectadores o familiares y amigos si se equivocan, estos estímulos que no están presentes en los ensayos en la competición generan distracciones. Igual pasa con el nivel de activación o de ansiedad, es un estimulo interno que no esta presente al ensayar pero que en competición se presenta.

Para concluir, la preparación física, técnica y táctica no es suficiente, se requiere también de una preparación psicológica que prevea las situaciones posibles a las que se pueden enfrentar las parejas de baile y poder practicar sus soluciones, esto les brindará seguridad y confianza así como poder improvisar eficientemente ante las diferentes adversidades y poder brindar su mejor baile en el escenario.